Francisco y Carmen venían a casarse la tierra original de la familia de ella desde Madrid. Carmen no es muy apasionada del dulce, que para eso ya está Francico, pero tenía claro que quería una tarta de boda, pero de boda de boda! ¡Donde poder hacerse unas fotos preciosas!
Nos reunimos tres veces y entre café y café y tarta y tarta acabamos encontrando su diseño.
No querían una tarta nautica, solo una alusión al mar. ¡Y un ancla!